LO HE PROBADO TODO, NADA FUNCIONA CON MI HIJO

“Lo he probado todo, nada funciona con mi hijo”, es una de las frases habituales con las que los padres suelen llegar a consulta cuando están en busca de soluciones al mal comportamiento de los hijos.

Basta ya de decir “nada funciona con mi hijo”. Es cierto que llega un momento en que los padres desesperados tras una extensa temporada en la que nada parece funcionar con sus hijos deciden acudir a un especialista, ya sea para inquirir si lo que pasa entra dentro de lo esperable o bien porque creen que necesitan ayuda de inmediato.

Y llegados a este punto cuando decimos con todo nuestro pesar “lo he probado todo, nada funciona con mi hijo” es momento de anotar que es lo que hemos hecho y el motivo por el cual no ha funcionado. Y cuando decimos que lo hemos intentado todo y que nada funciona es porque seguro que ya hemos: premiado, castigado, hablado, gritado, ignorado, chantajeado, manipulado, resoplado, suspirado, cerrado los ojos, etc.

 

ALGUNAS RESPUESTAS A TUS PREGUNTAS

Si, parece que, visto así nada funciona con mi hijo después de intentarlo todo una y mil veces. Y la siguiente pregunta, la que se refiere al por qué a lo mejor las respuestas que encontramos serán que a lo mejor:

  • Hemos querido resultados inminentes
  • Hemos sido insensatos e incoherentes
  • Hemos roto la confianza de nuestros hijos en lo que les decimos y no actuamos
  • Hemos abusado de una autoridad que no hemos percibido
  • Nuestro hijo nos ha hallado el punto exacto donde sabe que finalmente cedemos
  • Estamos prestando en exceso, atención a aquellos comportamientos que no nos agradan y ninguna a todo lo que hace ben.
  • Nos estamos obsesionando por ser unos padres perfectos olvidando que solo somos humanos y que no podemos controlarlo todo.

Es momento de:

  • Ponernos firmes y conservándonos enfocados en lo verdaderamente importante: nuestros hijos y su educación. No en ser una madre ideal ni en obsesionarlos si lo estamos haciendo bien o cuando decidimos que no es el tiempo de hacer esas cosas a su bola.
  • Poner normas claras, con consecuencias adecuadas. Un mes sin tele sabemos que no lo vamos a cumplir, así que buscaría una consecuencia que sea aplicable.
  • Poner esas normas por escrito en algún sitio visible para todos de la casa.
  • Aplicar la regla de “menos es más”, y no es esencial una lista infinita de normas y basta con cumplir unas básicas como “obedecer a la primera, no gritar, no insultar, y demás. Cuando conseguimos instaurar estas, que no será sencillo, ya entraremos en otro tipo de normas, pero las de convivencia son fundamentales en estos casos.
  • Empatizar con lo que le puede estar pasando a nuestro hijo, ¿está enfadado, tiene un malo día, tiene celos, ¿qué tiene? Dale la ocasión de que se exprese, con palabras o dibujos, abre las orejas y escúchale.

Sobre nosotros Aida

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