Todos los bebés siempre pasan épocas las cuales no se sienten seguros y buscan constantemente el cuidado y la protección de su madre.
Si tu hijo te sigue constantemente a todas partes, no te pierde de vista ni un solo minuto y quiere que le des cariño, mimos y que le cojas en brazos a menudo, esto son señales de que tu hijo tiene mamitis. Cuando el niño se encuentra en esta época, encontrar tiempo libre y dedicarlo a ti misma resulta imposible.
Y ahora os preguntareis ¿Qué es tener mamitis? La mamitis se debe a la ansiedad por la separación entre ambos, y es una época en la cual es muy normal y que a medida que va pasando el tiempo va disminuyendo gradualmente. En esta fase, el pequeño solo desea estar con la madre, y si ella se aleja, se siente inseguro, asustado, enfadado y triste.
Estos caprichos, llantos, las maneras de comportarse y de manifestar sus emociones y su nivel de mamitis, muestra aquella adaptabilidad a los cambios en general. Este comportamiento aparece al paso de los meses ya que se manifiesta a causa de una suma de factores que suceden. Cuando desaparece la mamitis, se sabe especialmente por que pierde importancia estos elementos:
– Dependencia de su mamá:
En esta época la madre representa la estabilidad y la seguridad para un niño en aquellos momentos difíciles o diferentes en llevar.
– Miedo a las cosas nuevas:
En estas edades siempre experimentan cosas nuevas que no acaban de gustar o da miedo ajustarse y adaptarse a ellas. Con tan solo un año, la madre forma parte de aquel ambiente que rodea al niño, y cuando no está, se siente vacío y perdido, ya que esta acostumbrado a ese tipo de ambiente, y cuando ve algo fuera de lo habitual, se siente inseguro.
– Falta de noción el tiempo:
El pequeño, al ser aun un niño, no percibe bien el paso del tiempo y se siente perdido, ya que no sabe ni comprende que el alejamiento de su madre es una situación momentánea.
– No quiera irse con extraños:
Hasta los diez meses, un niño no es muy consciente de lo que esta pasando a su alrededor y acepta sin ningún tipo de problema a todo desconocido. Sin embargo, a partir de esa edad, el pequeño evoluciona rápidamente y reconoce a sus padres a la perfección. Por eso, si ve que alguno se marcha, llora por que piensa que no vendrán y eso le crea un sentimiento de inseguridad y tristeza. Esta etapa más delicada dura mayormente hasta que el niño tiene 18 meses y ya es capaz de comprender la marcha de sus padres, y de que no siempre tienen que estar al lado suya, como por ejemplo la guardería o el colegio.
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